Alice Neel 1900–1984

Alice Neel “arroja lanzas que dan en el blanco pero no hieren”, dijo un crítico aludiendo al carácter penetrante y aun así compasivo de los estudios de figuras que le dieron fama a la artista. Neel adoptó el género del retrato en pleno auge del expresionismo abstracto, lo cual implicó que fuera ignorada por el mundo del arte hasta poco antes de dos exposiciones retrospectivas de su obra durante la década de 1970. “¡La vida comienza a los setenta!”, declaró a raíz de este giro en su carrera.

En 1975 Neel comenzó este autorretrato chocante, tierno y totalmente inusual, uno de solo dos que hizo en su vida. Tardó cinco años en completarlo y al recordar el proceso comentó: “Las mejillas quedaron tan rosadas porque me costó tanto trabajo pintar este cuadro que casi muero en el intento”. Impactante reto a la centenaria tradición del ideal femenino, este único autorretrato en pintura de Neel es una abierta aceptación de su cuerpo envejeciente.