La lucha por la justicia

La historia de la democracia en los Estados Unidos no siempre se ha caracterizado por una amplia participación o inclusividad. Durante los últimos dos siglos y medio, la nación se ha transformado de trece estados a lo largo de la costa este gobernada por una élite blanca, masculina y terrateniente, a un vasto país liderado por una población cada vez más heterogénea.

Entre los mayores logros del siglo pasado se encuentran las muchas campañas exitosas para derogar leyes y prácticas sociales segregacionistas de larga data. Si bien esos cambios finalmente se promulgaron en los tribunales y las legislaturas, las luchas para asegurarlos se llevaron a cabo principalmente donde dominaba la discriminación. Como tal, las urnas, los autobuses, las escuelas y muchos otros lugares de la nación se convirtieron en campos de batalla en la lucha por la igualdad de derechos.

Las personas representadas aquí son solo algunas de los innumerables ciudadanos que han trabajado para promover el estatus de la mujer; minorías raciales y étnicas; Personas LGBTQ +; y personas con diferencias físicas e intelectuales. Sus triunfos han reformado los contornos de la sociedad y han allanado el camino para los esfuerzos en curso para brindar igualdad de oportunidades a todos. Aunque no sin contratiempos, esta lucha por expandir la inclusión se ha convertido en la característica definitoria de la democracia en los Estados Unidos.